Pocas situaciones en competición son equiparables a la victoria. Aunque en el Dakar, la victoria de etapa acostumbra a suponer un quebradero de cabeza para el día siguiente, y que el piloto que abre ruta no tiene ninguna estela que seguir, ninguna rodera, circula con precaución y es relativamente sencillo ser alcanzado por los rivales. Eso supone de forma casi automática perder los tres minutos de diferencia con su perseguidor.
Hay días, que por raro que suene, es mejor no ganar, y hoy era uno de eso días. Y es que será la etapa 9 la verdaderamente idónea para ganar ya que en la etapa 10 la salida se realiza en paralelo. De haber ganado la etapa 8, Sainz tendría casi imposible ganar la 9. Desde la segunda posición, sus opciones aumentan. Ganar la etapa 9 supondría recortar tiempo a sus rivales y al mismo tiempo no servir de liebre en la décima etapa.
Una especulación complicada, que no siempre sale bien, pero que puede marcar el futuro del Rally, especialmente cuando primero y segundo apenas están separados por dos minutos de tiempo. Hoy Sainz ha dado ese primer paso a una estrategia redonda. Veremos si consigue culminar este martes.
Carlos Sainz: "Ha sido una etapa complicada, nos hemos enfrentado a las primeras dunas además hemos tenido bastante navegación. No hemos cometido ningún error y estoy contento ya que seguimos remontando. Mañana toca otra etapa complicada".