Consolidada como “la generalista premium” a la que todos quieren imitar, Volkswagen se encuentra en uno de sus mejores momentos. Triunfando en casi todos los segmentos, atacan ahora el de las berlinas del segmento D con una nueva generación del Passat (la octava), cargada de argumentos para posicionarse en la cúspide.
Inevitablemente lo primero en lo que nos fijamos en un nuevo automóvil es en su aspecto y, con este Passat ocurre casi lo mismo que con el último Golf, que cuesta distinguirlo de su predecesor. Especialmente en la parte trasera, que es casi idéntica. El frontal en cambio, aunque continuista, estrena un nuevo lenguaje de diseño en el que se afilan las clásicas formas rectilíneas de los últimos VW.
Los 4,77 metros que mide calcan prácticamente su tamaño con el del anterior, aunque el empleo de la nueva plataforma modular MQB, ha servido para aumentar la batalla hasta los 2,78 m (80 mm más), ganar 20 litros de maletero hasta los 586 l, mejorar la habitabilidad interior y reducir el peso hasta 85 kg. Por fuera se parecen, pero por dentro no.
La carga tecnológica es otro de los aspectos que lo distinguen. En materia de conducción estrena un control de crucero adaptativo capaz de detener y reanudar la marcha en situaciones como atascos, avisador de pérdida de carril capaz de corregir la trayectoria y sistema de frenado de emergencia que actúa en caso de colisión inminente y también, si detecta que el conductor se ha quedado dormido o ha perdido la consciencia.
Unos nuevos faros full LED de 3 niveles, capaces de regular la intensidad y el giro de su haz de luz, enmascarándolo para no deslumbrar a otros conductores, son otro de sus aportes. Lo mismo que el asistente de aparcamiento, que además de poder hacerlo en línea y en batería, estrena un nuevo control que regula también nuestras maniobras cuando portamos un remolque.
En el continuista interior, la única licencia que se ha concedido al modernismo es una ‘parrilla’ que recorre todo el salpicadero integrando los aireadores. En la consola central siempre nos encontraremos con una pantalla táctil, que va desde la más básica en blanco y negro de 5 pulgadas, hasta la más avanzada a color de 8 pulgadas con conexión a internet y acceso a aplicaciones y mapas de Google, pasando por otras tres intermedias.
Si bien lo más destacado del habitáculo es el nuevo cuadro de mandos digital de 12,3 pulgadas, calcado al recientemente estrenado en el Audi TT y reservado solo a las versiones más altas.
El abanico de motores del Passat seguirá siendo uno de los más amplios, siendo protagonistas una vez más sus propulsores de gasóleo. Entre estos encontramos un 1.6 TDI de 120 CV y varios 2.0 TDI, de 150, 190 y 240 CV, este último biturbo. Quien prefiera la gasolina podrá optar por los 1.4 TSI de 125 y 150 CV, 1.8 TSI de 180 CV y 2.0 TSI de 220 y 280 CV.
La adaptación a los tiempos modernos la representa la nueva versión híbrida enchufable, que aúna el motor 1.4 TSI de 156 CV con uno eléctrico de 109 CV consiguiendo una potencia conjunta de 211 CV (el mismo esquema del Golf GTE). Además de unos consumos más reducidos, su gran ventaja reside en los 50 km de autonomía que posee en modo eléctrico.
Como ha venido sucediendo hasta ahora la tracción será a las ruedas delanteras, existiendo la posibilidad de montar el sistema 4Motion de tracción total mediante embrague tipo Haldex. Las cajas de cambio seguirán siendo manuales de 6 velocidades o automáticas DSG de 7, esperándose para el futuro las de 10.
Presentado ya en versiones berlina y familiar (Variant), su llegada a nuestro mercado se producirá en noviembre con un precio de partida de 26.510 euros para el 1.4 TSI de 125 CV berlina. Aunque Volkswagen asegura que rondará los 23.000 con los descuentos y promociones.
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