Hace pocos días Volkswagen mostró su espectacular GTI Supersport Vision GT para el videojuego Gran Turismo y, con el Wörthersee a la vuelta de la esquina, pensamos que igual lo veríamos en ‘carne y hueso’. Pero no, en lugar de ese, se han llevado otro brutal Golf supuestamente concebido para la calle, el GTE Sport.
Su imagen vuelve a ser impresionante, tomando forma a partir de un enorme ensanche que culmina en un pilar C que se abre hasta las taloneras. Los paragolpes se unen por ambas partes a la fiesta con generosas canalizaciones de aire, los grupos ópticos estrenan un afilado y exclusivo diseño y las puertas, cumpliendo el sueño de cualquier aficionado a las modificaciones, son de apertura en élitro.
Asentado sobre un bastidor de fibra de carbono, el GTE Sport hace honor a su nombre y monta un propulsor híbrido, aunque mucho más vitaminado que el de sus parientes. El motor térmico es un cuatro cilindros sobrealimentado de 1.6 litros que deriva del que monta el Polo R WRC y ofrece 299 CV y 400 Nm. Mientras que los motores eléctricos son uno de 115 CV y 330 Nm para el eje delantero, y otro de igual potencia y 270 Nm para el eje trasero.
En total ofrecen 400 CV y 670 Nm que se reparten entre las 4 ruedas a través de una caja de doble embrague DSG de 6 velocidades. Existen diferentes modos de funcionamiento, como uno plenamente eléctrico y otro para conservar la carga de la batería, sin olvidar otro de máximo rendimiento en el que la aceleración de 0 a 100 km/h cae en 4,3 segundos y la de 0 a 200 km/h en 15,9 segundos.
El interior es otro espectáculo, con un raíl central de fibra de carbono que envuelve a los dos únicos ocupantes. El volante nace de un cuadro del mismo material que se proyecta hacia el conductor, situándolo prácticamente en una nave de La Guerra de las Galaxias.
Desde luego nadie podrá decir que Volkswagen no está cuidando a sus seguidores, creando máquinas como esta solo para su deleite.