Seguramente nunca hubieras pensado que el carruaje de las imágenes que tienes antes ti contase con un motor eléctrico, y mucho menos que fuese el primer Porsche fabricado de la historia, pero así es. Esta fue la primera creación de Ferdinand Porsche.
En el año 1898 el joven Ferdinand diseñó y construyó el ‘Egger-Lohner electric vehicle, C.2 Phaeton model’, al que de forma resumida llamamos P1, ya que este es el código que su creador grabó en las piezas principales del vehículo. Durante unos años rodó por las calles de Viena (Austria) con su moderno motor eléctrico hasta que quedó guardado en un almacén, lugar donde se ha conservado en excelente estado hasta ahora.
El gigante automovilístico lo acaba de recuperar para llevárselo al flamante Museo Porsche y colocarlo en un lugar privilegiado a la entrada, donde recibirá a los visitantes sin haber recibido ningún tipo de restauración.
Como demostró posteriormente a lo largo de su carrera, Ferdinand Porsche siempre fue un visionario, y con el P1 ya dio muestras de su gran intelecto. El aparato contaba con un motor eléctrico de 130 kilos de peso con una potencia de 3 CV, que en momentos de sobrecarga llegaba hasta 5 CV y lanzaba al P1 hasta los 35 km/h.
Para regular la velocidad se utilizaban hasta 12 controladores, entre los que se encontraban los destinados al avance, los de marcha atrás y los de frenada. Un invento realmente práctico que podía recorrer hasta 80 km con una recarga.
En aquella época el automóvil empezaba a florecer y, para demostrar la valía de los nuevos sistemas, en 1899 se celebró una carrera en Berlín para vehículos eléctricos. Ferdinand Porsche demostró lo avanzado que era su P1 completando en primer lugar los 40 km de la prueba y sacando una ventaja de 18 minutos al siguiente. Además el P1 fue el vehículo de menor consumo energético.
Con esta nueva adquisición, Porsche ha recuperado un pedacito importante de su historia.