De entre las muchas novedades que nos esperan en el Salón de Ginebra y las cuales, llevamos semanas descubriendo ya sea de forma oficial o a través de filtraciones, el nuevo Volvo V40 era una de las más jugosas. Y por fin, tras alguna que otra filtración, podemos presentártelo oficialmente.
Nacido para convertirse en uno de los modelos más exitosos de Volvo, con una previsión de ventas de 90.000 unidades anuales, el V40 emplea la tan, a veces, exitosa fórmula de mezclar conceptos para tratar de triunfar. Si el Nissan Qashqai junto el mundo de los compactos con el de los SUV, y arrasó, ahora Volvo pretende aunar en un mismo vehículo a compactos y familiares.
Con un resultado estético muy logrado, el V40 entra por los ojos y gana puntos cuando se valora su practicidad. No hay datos aún sobre sus dimensiones, pero deberían rondar los 4,35 metros. Así Volvo ha conseguido con un solo coche, sustituir al S40, al V50 y de paso, inaugurar este segmento de los compactos familiares.
Su gama de motores también satisfará cualquier tipo de necesidades, y aunque todavía no se conocen nada más que su escalón de entrada y de salida, estos nos sirven para ver su amplitud. Por abajo un diesel con unas emisiones de solo 94 g/Km de CO2 indica que habrá una versión de consumo ridículo, mientras que por arriba el T5 turbo de 254 CV será la opción más prestacional.
La seguridad ha sido otro de los aspectos más cuidados. Y como hoy en día sorprender con seguridad en el interior del vehículo es ya complicado, Volvo se ha esforzado por proteger también a los de fuera. Será el primer coche que estrene un airbag para peatones, sistema al que añade la frenada automática con detección de estos hasta los 50 Km/h. Y tampoco hay que olvidar su detector de cambio involuntario de carril, capaz de corregir la trayectoria automáticamente.
Desde luego este Volvo tiene virtudes para convertirse en una de las sorpresas del año, golpeando muy duro a los Serie 1, A3 y al todavía no nato Clase A.
Sígueme en: @AntonioDomingz