El mejor entre los mejores está de vuelta. Mercedes estrena el nuevo Clase S con argumentos más que suficientes como para reconquistar el mercado del lujo, haciendo gala de un derroche tecnológico enfocado a la seguridad y el confort.
Por fuera no tiene la presencia de un Rolls-Royce o un Bentley, pero tampoco lo pretende. Tomando las nuevas señas de identidad de Mercedes marcadas por el Clase A, el S disimula su gran tamaño con un aspecto muy estiloso. Su diseño no solo buscaba el atractivo estético, también la eficiencia. Su Cx es el más bajo de toda la categoría con un valor de 0,24.
El peso también se ha mejorado, con una reducción media de unos 100 kg. Y eso que el coche ha crecido en todos los aspectos, con una longitud de 5,25 metros, una anchura de 1,90 m y una altura de 1,50 m, siempre hablando de la carrocería alargada. En esta la batalla alcanza los 3,17 metros, 13 centímetros más que en las versiones estándar.
Pero nada de esto hace al Clase S el mejor, lo hace su tecnología. Con un avanzado sistema de cámaras, radares e infrarrojos que controla todo lo que sucede a nuestro alrededor, el coche puede llegar a convertirse en más de una ocasión en el propio conductor.
A bajas velocidades es capaz de seguir a otro coche no solo a su ritmo, sino también su trayectoria haciendo paradas y arranques. El sistema de aviso de cambio involuntario de carril puede reconocer si hay otro coche en el carril contiguo y forzarnos a mantenernos en el nuestro mediante la aplicación de los frenos. El sistema de frenado automático puede parar el coche no solo ante peatones u objetos que se encuentren delante, sino también que se acerquen de forma transversal como por ejemplo, en un cruce.
El sistema de visión nocturna detecta la presencia de peatones y animales en la calzada, y nos avisa de ella en el cuadro. Algo ya visto, la novedad está en que si el coche detecta que se trata de una persona, le lanza una ráfaga de luz para avisarle de nuestra presencia.
Todas las bombillas existentes en el Clase S, tanto interiores como exteriores, son LED. Este sistema de iluminación cuenta con una luz de carretera que puede ir siempre conectada, ya que enmascara el haz de luz para no deslumbrar a otros conductores. Las luces de freno son de intensidad variable y por la noche, se vuelven más tenues en ciudad cuando el coche está parado para no molestar al ocupante del coche que está justo detrás.
Todos los modelos cuentan de serie con suspensión neumática adaptativa, mientras que en los V8 se estrena en opción el Magic Body Control. Gracias al Road Surface Scan que lee la carretera con las cámaras y detecta las irregularidades del firme, el MBC se prepara para lo que viene minimizando sus efectos.
El objetivo de todo esto es hacer la vida más fácil y agradable en el interior. Tanto avance tecnológico requiere mantener al conductor bien informado y para ello, se han colocado dos grandes pantallas de 12,3 pulgadas a modo de cuadro de mandos. Su integración en el salpicadero y el diseño final que le da a este podría ser cuestionable, pero eran necesarias.
Aparte de por todos los sistemas multimedia imaginables, el interior del Clase S destaca por los de confort. Sus asientos pueden tener un sistema de masaje con 6 programas diferentes, calefacción que incluye reposabrazos y volante y, ventilación de doble dirección.
Los asientos traseros pueden convertirse en verdaderas butacas reclinables,y protegen a sus pasajeros con airbags en cinturón y banqueta (este último evita el deslizamiento del pasajero por debajo del cinturón). Comodidades como el aproximador automático del cinturón o un ionizador de aire con difusor de fragancias, las cuales garantizan que no se impregnan en la ropa o los tapizados del coche, también están disponibles en los Clase S.
La gama de motores está compuesta inicialmente por 4 variantes (más adelante llegará un híbrido enchufable), todas ellas cumplidoras de la norma Euro 6 y con reducciones de consumo de hasta un 20% respecto al modelo precedente. Son estas:
S 300 Bluetec Hybrid: diesel de 4 cilindros de 204 CV y eléctrico de 27 CV. Consumo 4,4 l/100 km.
S 400 Hybrid: gasolina V6 de 306 CV y eléctrico de 27 CV. Consumo 6,3 l/100 km.
S 350 Bluetec: diesel V6 de 258 CV. Consumo 5,5 l/100 km.
S 500: gasolina V8 de 455 CV. Consumo 8,6 l/100 km.
Tras el fiasco de Maybach, Mercedes decidió terminar con esa aventura y centrar sus esfuerzos en crear un Clase S con varias versiones capaces de luchar con los vehículos más lujosos y avanzados. A la vista del primer paso, parece que lo han conseguido.