Mercedes-AMG GT

Tras su aventura con McLaren, Mercedes decidió desarrollar por su cuenta al sustituto de aquel SLR rodeado de luces y sombras. El resultado fue el SLS AMG, un deportivo menos elitista pero creado con precisión germánica. Al ser más barato y con un diseño más sobrio, se vendió mucho mejor, y tras aprender de la jugada, la repiten ahora con el relevo del SLS.

El nuevo cupé biplaza salido de Mercedes-AMG se llama simplemente GT, rompiendo con los dos anteriores que en sus nombres incluían las siglas SL. Quizás para señalar que se trata de un nuevo vehículo con otro concepto, o quizás porque al perder las ‘alas’ ya no merece hacer referencia al mítico 300 SL alas de gaviota.



Lo que si conserva es la arquitectura de los cupés clásicos, con un morro muy alargado y una cabina retrasada y redondeada que prácticamente se hace uno con el maletero. El SLS era un deportivo de líneas mucho más marcadas y rotundas, algo que ha abandonado el GT para adoptar unos rasgos más dinámicos. Su diseño es menos atemporal, pero lo hace más atractivo para todos los públicos.

Si bien el exterior del SLS seguía plenamente vigente, su interior si había quedado desfasado por la excesiva rectitud de sus líneas. En el GT se conservan las salidas de aire circulares, que cobran un mayor protagonismo al concentrarse en mitad del salpicadero custodiando la pantalla de 8,4 pulgadas del sistema multimedia que se erige tras ellas.



La consola central gana también presencia al descender majestuosa desde el mismo salpicadero. Repartidos en dos hileras laterales, se colocan 8 interruptores y mandos para controlar diferentes funciones del coche, dejando el hueco central a la diminuta palanca de cambios y al mando con superficie táctil y ruleta con los que moverse por la pantalla multimedia.

Para controlar el peso, el chasis está construido en aluminio y, gracias a que coloca el motor en posición delantera-central y la caja de cambios justo por delante del eje trasero, consigue un reparto del 47% delante y el 53% detrás. Un peso que en orden de marcha es de 1.615 kg para el GT y de 1.645 kg para el GT S.

Y es que este deportivo se va a vender en dos versiones: una básica GT y otra superior GT S. Ambas montan el nuevo motor V8 biturbo de 4.0 litros firmado por AMG con inyección directa y lubricación por cárter seco. En el GT entrega 462 CV y 600 Nm, mientras que en el GT S llega hasta los 510 CV y 650 Nm. Aceleraciones de 0 a 100 km/h en 4 y 3,8 segundos, velocidades máximas de 304 y 310 km/h y, consumos de 9,3 y 9,4 l/100 km, distinguen a uno y otro.



Otra cosa que los distingue es el diferencial trasero (en el único eje que transmite potencia al suelo), que en el GT es mecánico y en el GT S es gestionado electrónicamente. La suspensión de paralelogramo deformable en las 4 ruedas también tiene diferencias, ya que en el GT S es adaptativa, algo opcional para el GT.

Ambos montan conjuntos de llantas y neumáticos de considerables dimensiones, pero mientras en el GT se quedan en las 19 pulgadas y los 255 y 295 mm de sección, en el GT S aumentan hasta 19 pulgadas y 265 mm delante y las 20 pulgadas y 295 mm detrás. También cambian los frenos, con discos delanteros de 390 mm en el más potente, por los de 360 mm del otro. Los carbocerámicos con discos de 402 mm delante, son siempre opcionales.

Una chuchería reservada en exclusiva y de forma opcional para el GT S, es el paquete AMG Dynamic Plus. Este suma unos soportes activos para el motor y la caja de cambios, muelles y dirección más firmes, y una gestión del diferencial más radical.



Donde no hay diferencias entre ambos es en la caja de cambios, la AMG Speedshift DCT de doble embrague y siete relaciones. Cuenta con diferentes modos de funcionamiento, desde los automáticos hasta el manual. El control AMG Dynamic Select que actúa sobre elementos como dirección, cambio y sonido del escape, también es común.

Como cualquier otro Mercedes de última hornada, cuenta con todos los dispositivos de seguridad y ayuda a la conducción imaginables, como el detector de posibles colisiones capaz de frenar el vehículo, la alerta de cambio involuntario de carril y de objetos en el ángulo muerto, el control de velocidad activo, el detector de fatiga, etc.

Esperado para el segundo trimestre de 2015 con un precio aproximado de 150.000 euros, el Mercedes-AMG GT abrirá un nuevo capítulo en la historia de la marca de la estrella. Por primera vez deportivos de nivel medio como los Porsche 911 o Audi R8 tendrán un rival directo por parte de Mercedes, que no será una ‘simple’ versión AMG de un modelo más callejero, ni un superdeportivo de la talla del SLS.


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