Han pasado meses o más bien años, desde que McLaren nos dijo que iba a lanzar un digno sucesor del F1. Lo conocimos hace tiempo como P1 y si bien ya poco nos quedaba por ver y saber de él, ahora ya podemos decir abiertamente que no hay más secretos, aquí está de forma oficial.
Aunque en el fondo muy pocas cosas nos quedaban por saber de él, una vez sabíamos que su estética no variaría apenas respecto a la del concept y que los datos sobre su propulsor habían sido revelados hace escasos días. Por tanto el color amarillo de las últimas instantáneas es casi lo más novedoso visualmente (aparte de unas nuevas entradas de aire en el faldón delantero justo delante de las ruedas).
Lo que si sabemos ahora son sus prestaciones. No solo el 0 a 100 km/h se ha difundido, que cae en menos de 3 segundos, también el 0 a 200 km/h y el 0 a 300 km/h, que se realizan en menos de 7 y de 17 segundos respectivamente. Así hasta llegar a los 350 km/h de velocidad máxima a la que se limita.
Como hypercar que es, estas cifras pueden impresionar más o menos, pero al fin y al cabo están dentro de lo esperado. Lo que es más sorprendente es el hecho de que su condición de híbrido enchufable le permite recorrer hasta 20 km (a no más de 50 km/h) sin gastar una sola gota de combustible, y con la posibilidad de recargar después sus baterías en un enchufe en apenas 2 horas.
Y es que tras esa futurista apariencia se esconde en su parte central trasera un propulsor V8 de 3.8 litros soplado por dos turbocompresores con 737 CV a 7.500 revoluciones y, un motor eléctrico de 179 CV. Ambos consiguen en conjunto una potencia total de 916 CV con 900 Nm de par, proveniente este de los 720 Nm a 4.000 revoluciones del V8 y los 260 Nm del motor eléctrico. Todo está gestionado por una transmisión de doble embrague y 7 relaciones.
El monocasco de fibra de carbono apenas pesa 100 kg de los 1.400 kg que marca en la báscula el P1. Ligereza que se ha buscado incluso en los frenos, fabricados en material carbocerámico de última generación que los hace más ligeros, resistentes y eficaces en la disipación de calor.
El interior está repleto también de fibra de carbono, aunque cuero y Alcántara también están presentes. Los respaldos de los asientos son fijos, como en un coche de competición (que es casi lo que es). Aunque lo más cercano a las carreras se encuentra en los dos botones del volante: DRS (Drag Reduction System) que reduce la resistencia aerodinámica un 23% para alcanzar una mayor velocidad e, IPAS (Instant Power Assist System) que hace trabajar al motor eléctrico al máximo rendimiento.
Buscando la exclusividad que han demandado sus futuros propietarios, la tirada del P1 se cerrará con 375 unidades, bastantes menos de las 500 que había previstas. Su precio partirá del millón de euros sin impuestos, si bien estos no se dispararán como en otros coches de su clase gracias a los bajos consumos que homologa.
