Jaguar XE

Tras el fiasco del X-Type (un Ford Mondeo carrozado de felino), Jaguar ha dejado durante años el segmento D abandonado para centrarse en los superiores. Afianzados estos con los nuevos XF y XJ, y asaltado el de los deportivos biplaza con el fantástico F-Type, ha llegado el momento de lanzarse a por el disputado segmento de las berlinas medias. Su arma, el nuevo XE.

Jaguar tiene claro cuáles son los rivales a batir, los poderosos A4, Serie 3 y Clase C. Para competir de tu a tu en la primera batalla, la visual, han optado más por la elegancia que por la sorpresa. El XE no te deja sin aliento, pero es una perfecta interpretación a escala (mide 4,67 m de largo) del XF, más proporcionada y mejor definida, a costa de ser menos atrevido.



La versión S de las imágenes resulta deportiva gracias a detalles como el faldón delantero con grandes tomas de aire, las colosales llantas y la tapa del maletero con alerón. También por el difusor con los dos pequeños escapes a cada lado, que recuerda sospechosamente al de los BMW Serie 3 con paquete M. Pero como digo, son cosas de la versión S, un XE con acabado básico quizás resulte un tanto anodino.

El interior tampoco es una oda al diseño. En un salpicadero de formas simples integra una consola central dominada por la pantalla multimedia de 8 pulgadas con dos hileras de botones a los lados, con otras dos hileras debajo. Práctico y funcional.

El cuadro con los dos relojes cubiertos por sendas viseras tampoco es algo en absoluto novedoso, aunque al menos el volante presenta un magnífico aspecto y la ruleta del selector del cambio en el túnel centrl, es una seña de la casa.



Con un diseño sobrio que pueda atraer al gran público, el otro gran reto era dotar a su berlina de un chasis avanzado. Y para eso han recurrido a una plataforma modular de aluminio de nueva factura, que lo hace más ligero que sus rivales. Esta versión S con motor V6 de gasolina, anuncia un peso de 1.474 kg.

Menos peso implica menor consumo (ayudado también por un Cx de 0,26) y unas reacciones más ágiles. Estas últimas se conseguirán también gracias a la puesta a punto de la suspensión, que recurre a un sistema de paralelogramo deformable delante y a un esquema trasero multibrazo denominado Integral Link, que incluye un brazo en forma de H para reducir las vibraciones y el balanceo. Por primera vez en Jaguar, se monta una dirección eléctrica.

Para propulsarlo, Jaguar ha creado una nueva gama modular de motores denominada Ingenium, de la que saldrán los 2.0 litros de 4 cilindros gasolina y diesel del XE. De momento solo hay datos del diesel, que con una potencia de 163 CV y un par de 380 Nm, consumirá de media tan solo 3,8 l/100 km. La versión S se sirve de un V6 3.0 litros con inyección directa y compresor, que ofrece 340 CV y 450 Nm para acelerar hasta 100 km/h en 5,1 segundos y gastar una media de 8,3 l/100 km.



También para igualarse a la competencia, el XE será propulsado por las ruedas del eje trasero, con dos tipos de cambio: uno manual de 6 relaciones y otro automático ZF de 8 de convertidor de par. Para no tener problema en las arrancadas con firmes deslizantes, estrena el sistema ASPC (All Surface Progress Control), que gestiona acelerador y freno automáticamente hasta 30 km/h.

Una cámara estroboscópica se encargará de recopilar información para los sistemas de frenado de emergencia, cambio involuntario de carril, detector de objetos en el ángulo muerto, aparcamiento automático, control de crucero adaptativo y reconocimiento de señales de tráfico.

Entre el equipamiento encontramos también un Head-up Display con tecnología laser y el sistema InControl comandado por la pantalla multimedia, que es capaz de establecer un punto de acceso WiFi y de comunicarse con nuestro smartphone, posibilitando manejar algunas de sus aplicaciones desde el coche y a la inversa, controlando funciones del coche desde el propio teléfono.

Como he dicho al principio, el XE debe ser el gran superventas de Jaguar. Aunque con un precio de partida que para nuestro mercado se anuncia en 37.000 euros, la tarea no será fácil.