Después de llevar 3 años viéndolo en forma de concept, el Honda NSX definitivo presentado hoy en el mismo lugar que aquél, el Salón de Detroit, no ha causado ninguna sorpresa. Pero que su conocido aspecto no nos lleve a error, porque este nuevo NSX es uno de los superdeportivos más avanzados del momento, como lo fue hace 25 años el original.
Sin dejarse llevar por la pasión, el NSX Concept se presentó con un diseño futurista pero nada recargado ni exagerado. Y eso le ha servido para que 3 años después se siga viendo fresco. Porque salvo los cambios dictados por el túnel viento (aparecen nuevas salidas de aire en capó y aletas delanteras, y se modifican el alerón y las tomas laterales de admisión del motor), y otros obligados como las ópticas, las llantas y los paragolpes, todo sigue prácticamente igual.
De líneas fluidas, no es tan macho como un Nissan GT-R, ni tan bello como un Ferrari 458, pero llamará la atención allá por donde vaya y resistirá muy bien el paso del tiempo, igual que sucedía con su antecesor.
El interior si ha sufrido mayores cambios, especialmente en la consola central. Honda ha optimizado al máximo la ergonomía y, al prescindir de palanca de cambios, ha podido insertar una consola que se extiende por el túnel central, encastrando a los ocupantes en sus asientos pero colocando todos los mandos muy a mano. El cuadro, totalmente digital, cambia en función del modo de conducción seleccionado.
Para estas pequeñas modificaciones no eran necesarios 3 años de desarrollo, pero para poner a punto su motor y sistema de tracción sí. El NSX está propulsado por un sistema híbrido compuesto por un bloque V6 biturbo a 75º lubricado por cárter seco y colocado en posición central. Entre este y la caja de cambios DCT de doble embrague con 9 relaciones se sitúa otro motor eléctrico para el eje trasero, mientras que delante se encuentran otros dos motores eléctricos, uno para cada rueda.
Entre todos dan vida al Sport Hybrid SH-AWD (Super Handling-All Wheel Drive), un sistema de tracción total inteligente que hace uso de las cualidades de retención y aceleración instantáneas de los motores eléctricos, para optimizar aceleración, frenada y giro. Así los motores eléctricos delanteros de cada rueda consiguen un control vectorial del par óptimo.
Honda no ha querido hablar todavía de cifras, ni de rendimiento ni de prestaciones. Lo único que sabemos es que el V6 arroja 550 CV de potencia. No sería de extrañar pues, que la potencia conjunta ronde los 650 CV.
Tal compendio tecnológico debía asentarse sobre un chasis rígido y ligero, y para ello Honda ha utilizado aluminio, aceros de alta resistencia y fibra de carbono (para el piso y el techo) en su construcción. La gran mayoría de los elementos de la suspensión, así como las llantas forjadas, cuentan con aluminio en su composición.
De mantener el contacto con el suelo se encargan unos neumáticos ContiSportContact de generosas dimensiones: 245/35Z R19 delante y 295/30Z R20 detrás. Y como gran deportivo que es, cuenta con frenos carbocerámicos con pinzas delanteras de 6 pistones y traseras de 4.
Sus dimensiones son similares a las de sus rivales, con una longitud de 4,47 metros, una anchura de 1,94 m y una altura de 1,22 m. Su distancia entre ejes es de 2,63 m.
La respuesta de los motores, el cambio, el chasis y el sonido puede variar seleccionando uno de los cuatro modos de conducción disponibles: Quiet, Sport, Sport+ y Track. El primero usa únicamente propulsión eléctrica, de la que tampoco revelan datos de autonomía, aunque Honda ya insinúa que será reducida.
Y ahora, a esperar. El nuevo Honda NSX se producirá en exclusiva en Ohio, y aunque empezarán a aceptarse pedidos a partir de este verano, las primeras unidades no se entregarán hasta los últimos meses de 2015.