Todos estamos de acuerdo en que el Ferrari LaFerrari es uno de los mejores hypercars del mundo, un coche sin margen de mejora, a menos que no tuviese que circular por las calles. Y de ahí nace la última bestialidad del cavallino, el FXX K, la versión de circuito del LaFerrari que sigue la estela del FXX y del 599 XX.
Con una potencia de 963 CV y un par de 900 Nm era difícil mejorar el rendimiento del V12 híbrido, pero gracias a un nuevo árbol de levas con distribución variable y accionamiento mecánico (antes hidráulico), una admisión optimizada con circuitos pulidos y un sistema de escape libre, la potencia del motor térmico ha aumentado 60 CV (ahora rinde 860 CV). El motor eléctrico también ha ganado potencia hasta los 190 CV (antes 163 CV), dando finalmente al FXX K 1.050 CV a 9.200 rpm (el par permanece igual).
La K del nombre hace referencia al sistema KERS, que se ha evolucionado y cuenta con cuatro modos de funcionamiento: Qualify (máximo rendimiento a pocas vueltas), Long Run (rendimiento constante durante una tanda larga), Manual Boost (máximo rendimiento instantáneo) y Fast Charge (carga la batería lo máximo posible).
El cambio sigue siendo de doble embrague con 7 velocidades y por supuesto continúa presente el diferencial electrónico E-Diff. El control de tracción F1-Trac y el control de deslizamiento lateral Racing-SSC, todos ellos regulables, servirán para que cada piloto ajuste de forma exacta a sus exigencias las respuestas del FXX K.
También se conservan los amortiguadores magnetoreológicos, aunque el esquema de dobles triángulos de ambos ejes del LaFerrari se sustituye en el eje trasero por un sistema multibrazo. Todo para un coche que pesa 1.345 kg.
Aunque si por algo nos ha dejado boquiabiertos a todos, ha sido por su amenazador aspecto. Ferrari muestra todo su saber hacer en materia aerodinámica con elementos tan sorprendentes como sus dos aletas laterales traseras, que hacen de alerón junto con una parte central ausente en parado, que emerge automáticamente en movimiento.
El descomunal difusor que asoma varios centímetros por la zaga tampoco se queda atrás, ni el splitter delantero que prácticamente barre el asfalto, algo a lo que también contribuye que la altura del conjunto se haya rebajado 30 cm. Un ‘atrezo’ cuyas cifras hablan por sí solas, con un aumento de la carga aerodinámica del 50%: a 200 km/h es de 540 kg.
Dado que no tienen que cumplir con las funciones de unos faros convencionales, los grupos ópticos se han reducido a la mínima expresión, siendo ahora unas minimalistas tiras LED delante y detrás.
Otro elemento a tener en cuenta son las ruedas, y más que por sus llantas monotuerca, por sus neumáticos. Desarrollados por Pirelli en exclusiva para este coche, pueden medir aceleraciones laterales, longitudinales y radiales, además de presión y temperatura. Una información muy útil cuando se trata de mejorar al máximo los tiempos en un circuito.
Porque ese será el terreno de los FXX K, los circuitos. Tan solo unos pocos afortunados podrán ponerse a los mandos de unos de ellos (no se sabe todavía cuantos harán) a través del programa Corse Clienti XX, para disputar un campeonato privado que los llevará a recorrer los mejores circuitos del mundo. El precio es una incógnita, pero será acorde al FXX K, irracional.