Mazda tiene que estirar un poco más la vida de su actual generación del MX-5, que aunque recibió un restyling en 2009, lleva a la venta desde 2005. Tiempo que exigiría un tercer restyling de consideración, pero que por el contrario ha sido tan leve que solo se puede considerar como una ligerísima actualización.
Exteriormente lo único que cambia es el diseño de las llantas y del paragolpes delantero, pero francamente, el aspecto de ambos es tan parecido, que apuesto a que si a alguien que no sea conocedor del modelo le preguntas cual es el nuevo y cual el actual, dudo mucho que supiese responder.
Por dentro más de lo mismo, con diferencias únicamente a nivel de tapizados con un nuevo tono en marrón, y de combinaciones entre cuero y alcántara.
Posiblemente la mayor novedad llegue en el apartado de la seguridad, pero no para los integrantes del vehículo sino para los peatones. Al igual que hacen ya otras marcas, Mazda ha introducido un nuevo capó activo que se levanta en caso de atropello para así amortiguar el golpe del impacto. Se nota que la protección al peatón empezará a tener más peso en los test de impacto.
Y cerrando la escueta lista de novedades, Mazda menciona cambios en la electrónica que regula la respuesta del acelerador y el freno. El primero responde más rápidamente a nuestras demandas y el segundo mejora tacto y control.
A la espera del nuevo MX-5 que será desarrollado conjuntamente con Alfa Romeo, el actual está listo (de momento en Japón) para aguantar el tirón hasta 2015, cuando sea relevado.