Toyota es claramente uno de los más poderosos fabricantes mundiales de automóviles, pero por diversas razones el nombre Toyota no suele evocar el poderío de otros de sus máximos rivales como GM o el Grupo VW. Cosa que no significa en absoluto, que no sean capaces de crear coches realmente impresionantes.
Y esto lo dejaron claro a través de su filial de lujo Lexus, cuando hace un par de años presentaron el superdeportivo LFA. Un coche tildado por algunos de falto del alma que si poseen sus rivales italianos, pero tremendamente efectivo en la pista.
Demostrado de lo que eran capaces y estando claro que Lexus no es una Lamborghini ni una Bugatti, ¿cuál sería el próximo paso? Ateniéndonos a la lógica lo normal sería pensar en un siguiente deportivo más próximo a un buen GT, que a un superdeportivo, pero parece que la lógica esta vez no va a ser la doctrina seguida por Toyota.
En base a los rumores salidos de la misma Toyota y publicados por AutoGuide, el Lexus LFA-II irá mucho más allá que su predecesor. Para conseguir un coche que califican de impresionante, la potencia se elevaría al doble (lo que nos daría unos 1.100 CV sobre el papel) y en consecuencia, el precio también se doblaría hasta rondar los 800.000 €.
Con esos datos es evidente que el objetivo de Toyota es crear el Veyron del próximo decenio, y colocar su nombre en los titulares de toda la prensa durante un buen puñado de años. Desde el punto de vista comercial, todo un acierto, pues Lexus a diferencia de Bugatti, si posee una completa gama de modelos que podrían rentabilizar el tirón de su ‘propio’ Veyron.
Otra cosa son los enormes costes que implica desarrollar un coche de este tipo, y que ni aun vendiéndolos a precios estratosféricos, llegan a convertirse en modelos rentables. Pero si el Grupo VW lo hizo, ¿Toyota por qué no?
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