Las cosas no siempre salen bien a la primera, y en el caso del BMW Serie 1, las críticas generalizadas dejaban claro que el aspecto de esta segunda generación no había sido del todo acertado. Por eso el restyling se esperaba con ansia, y hoy por fin ha llegado.
Desde que se lanzó su derivado deportivo, el Serie 2 (Coupé y Cabrio), se supuso que el restyling seguiría el camino estilístico de aquel, y efectivamente así ha sido. Los faros y los riñones de la parrilla son ahora más alargados, dándole una imagen mucho más atractiva y acabando con el verdadero punto débil del Serie 1, su frontal.
En la zaga los pilotos también han sufrido un cambio importante, abandonando el aspecto cuadrangular, que no estaba mal, pero se desmarcaba del resto de modelos de la casa. Ahora tienen la forma de L tumbada de los demás. Como es habitual, los paragolpes también han sufrido algún cambio.
Las modificaciones en el interior a nivel visual son mínimas, incorporando algunos pequeños detalles, a los que se suman nuevos tapizados y molduras. Lo mejor de la renovación está en la incorporación como equipo de serie de la radio BMW Professional, con pantalla de 6,5 pulgadas y mando iDrive. El sensor de lluvia también pasa a ser de serie, igual que el equipo eléctrico.
Entre los opcionales se encuentran elementos mejorados como el navegador con pantalla táctil de 8,8 pulgadas y más servicios conectados, un asistente de aparcamiento más eficaz, un programador de velocidad activo capaz de detener la marcha por completo y reanudarla, faros Full LED…
La gama se estructura a partir de 4 líneas de equipamiento que completan un acabado básico, según las cuales el Serie 1 toma una personalidad y un equipo diferentes. A los Sport, Urban (el primero con un enfoque más deportivo y el segundo más refinado) y M Sport, se suma ahora otro denominado Advantage, que incluye sensores de aparcamiento, faros antiniebla, mandos en el volante, bluetooth y control de crucero.
Los motores han sido actualizados con mejoras en su rendimiento y eficiencia, o directamente sustituidos por otros nuevos. Provenientes de la gama MINI, se incorporan los tricilíndricos de 1.5 litros con 109 CV para el 116i y 116 CV para el 116d, que en su versión EfficientDynamics puede llegar a ofrecer un consumo medio de 3,4 l/100 km.
En gasolina el resto de la oferta la componen el 1.6 litros de los 118i (136 CV) y 120i (177 CV), que alcanzan los 100 km/h en 8,5 y 7,4 segundos, con consumos de 5,4 y 5,7 l/100 km respectivamente. Por encima el 2.0 del 125i (218 CV, 6,4 segundos y 6,6 l/100 km) y el 6 en línea del M135i (326 CV, 4,7 segundos y 7,8 l/100 km), completan el plantel.
En diesel el 4 cilindros de 2.0 litros de los 118d (150 CV, 8,3 segundos y 4 l/100 km), 120d (190 CV, 7,1 segundos y 4,1 l/100 km) y 125d (224 CV, 6,3 segundos 4,3 l/100 km), prefigura el resto de alternativas.
Hasta que llegue la próxima generación, el Serie 1 seguirá contando con propulsión trasera, que en los 118d, 120d y M135i puede sustituirse por la total xDrive. De serie (salvo en los dos modelos de tracción total más potentes) se equipa una caja manual de 6 velocidades con autoajuste de revoluciones en las reducciones, estando opcionalmente disponible una caja automática de convertidor de par con 8 relaciones, con función de conducción a vela y adecuamiento a la ruta según la información proporcionada por el navegador.
Aunque ya se haya revelado, el renovado Serie 1 no se presentará de cara al público hasta el Salón de Ginebra, por lo que su llegada a los concesionarios no se producirá al menos hasta primavera.