Que el primer vistazo no te lleve a engaño, el Audi Q7 que tienes ante ti no es una evolución del anterior, sino un modelo completamente nuevo. Audi ha dotado a su gran SUV de la última tecnología disponible en todos los ámbitos para hacerlo mejor en todo y reclamar el primer puesto entre los SUV de lujo.
Lo mires por donde lo mires, se lo reconoce al primer vistazo como un Q7, que era exactamente la intención de Audi. Igual que con el TT, han mantenido sus líneas maestras, cambiando las formas bulbosas por las afiladas. El frontal con la nueva seña de identidad de la casa, la parrilla que extiende su marco hasta los faros (que pueden ser xenón, LED o Matrix LED), es lo más novedoso.
Como se puede apreciar sigue siendo enorme y supera los 5 metros de largo (5,05 m), aunque a diferencia de lo que suele ocurrir, es algo más pequeño que el anterior, perdiendo casi 4 cm de largo y 1,5 cm de ancho (1,97 m). La batalla de 2,99 m y la altura de 1,74 m no cambian, mientras que el espacio interior ha mejorado en todas las cotas.
Un interior en el que se encuentran también las últimas tendencias de la marca (y del Grupo), como la franja de ventilación que recorre completamente el salpicadero, algo mostrado por primera vez en el nuevo Volkswagen Passat. El cuadro completamente digital de 12,3 pulgadas estrenado por el TT y también visto en el mencionado Passat, se encargará de dar toda la información al conductor, completado con otra pantalla de hasta 8,3 pulgadas en el salpicadero.
La configuración interior se podrá seguir eligiendo con 5 o 7 plazas, con un maletero de 890 litros en el primer caso y de 770 l o 295 l en el segundo, según la última fila de asientos se encuentre plegada o desplegada. La apertura y cierre del portón es automática, pudiendo abrirse con solo deslizar un pie por debajo (opcional). Las puertas también pueden tener un sistema que complete su cierre automáticamente.
Al meternos bajo su piel, descubrimos que Q7 estrena una plataforma 100 kg más ligera que la anterior realizada con aceros de ultra alta resistencia. El aluminio también gana protagonismo empleándose para elementos como las suspensiones (ahora multibrazo en ambos ejes) los subchasis delantero y trasero, y varias partes de la carrocería (que se deja otros 71 kg por el camino).
En total el nuevo Q7 es 325 kg más ligero que el anterior, y en su versión 3.0 TDI se permite el lujo de anunciar un peso en vacio de 1.995 kg. Y no solo es menos pesado, también ha rebajado 50 mm su centro de gravedad, algo sumamente importante para mejorar su dinámica de conducción. Su coeficiente aerodinámico de 0,32 hará además que corte el viento con mayor sutileza.
Al volante la mejora será sustancial por todo lo anterior, y también porque se ha instalado una nueva dirección electromecánica que actúa sobre sus 4 ruedas. La suspensión neumática opcional, que rebaja la altura de la carrocería 3 cm al circular a alta velocidad, y la aumenta hasta 6 cm al circular por campo (la altura libre es de 23,5 cm), será otra gran aliada.
En materia de motores, la oferta estará compuesta inicialmente por dos V6 sobrealimentados, el gasolina 3.0 TFSI de 333 CV y 440 Nm (acelera de 0 a 100 km/h en 6,1 s y gasta de media 7,7 l/100 km) y el diesel 3.0 TDI de 272 CV y 600 Nm (acelera de 0 a 100 km/h en 6,3 s y gasta de media 5,7 l/100 km).
Más adelante llegará una versión ‘light’ del 3.0 TDI con 218 CV y 500 Nm, y un 2.0 TFSI de 252 CV y 370 Nm. Aunque la gran novedad será el Q7 e-tron quattro, que junta el motor 3.0 TDI de 258 CV con uno eléctrico de 128 CV, para desarrollar una potencia conjunta de 374 CV con un par de 700 Nm. Su consumo medio homologado de 1,7 l/100 km y una autonomía eléctrica de 56 km, serán sus grandes bazas.
Todos montan una caja de cambios automática Tiptronic de 8 velocidades, en la que se integra además un nuevo diferencial central mecánico. Este regula el reparto de par entre ambos ejes, que inicialmente es de un 40:60, pudiendo variar hasta enviar un 70% delante o un 85% detrás.
Audi no ha escatimado en ningún aspecto para dotar a su Q7 de lo último, y esto se ve aún más claro en el apartado tecnológico. Su equipo es tremendamente amplio, por lo que me limitaré a mencionar los últimos avances.
Entre los sistemas de asistencia a la conducción, aparece un control de crucero adaptativo capaz de actuar sobre el volante, arrancar y parar hasta los 60 km/h. Además y con la ayuda del GPS y el reconocedor de señales de tráfico, otro sistema puede adaptar la velocidad a las condiciones de la vía. Mantenimiento de carril activo, sistema autónomo de frenado capaz de detectar una posible colisión en un cruce, alerta de tráfico tanto al ir a abrir una puerta como al salir marcha atrás, visión nocturna, sistema de esquiva de obstáculos…
Con la conducción bajo un férreo control, lo siguiente era hacer lo más agradable posible la vida en su interior. La iluminación a base de tiras LED, los diferentes tipos de asientos opcionales, el climatizador cuatrizona o los sistemas de sonido Bose o Bang&Olufsen con hasta 23 altavoces y casi 2.000 W de potencia, ayudarán mucho a ello.
El sistema multimedia Audi MMI con un control por voz de última generación y un nuevo mando con superficie táctil, será más compatible que nunca con nuestros smartphones gracias a la integración de Apple Car Play y Google Android Auto. Pero si con estos no fuera suficiente, Audi ofrece también la posibilidad de adquirir dos tablets con sistema Android.
Para poder disfrutar de todo este compendio tecnológico a los mandos del nuevo Q7, habrá que esperar hasta el próximo verano, cuando Audi inicie su distribución. Su precio de partida en Alemania, de 61.000 euros (suponemos que para el 3.0 TDI de 272 CV), nos lleva a pensar que en nuestro país las tarifas subirán en torno a un 5% respecto a las del modelo actual.
Precios del Audi Q7.
