El Aston Martin Rapide es quizás la berlina con aspecto de cupé que más se parece a lo segundo, y es que conserva todos los genes de sus parientes de gama. Llegada la hora de su renovación, han hecho lo más correcto, aumentar su potencia a los niveles de sus rivales y conservar su aspecto.
Una nueva parrilla sin división en el medio es el cambio más apreciable, aunque también hay nuevas llantas y el alerón integrado en la tapa del maletero es más grande. Existe en opción un paquete de fibra de carbono que monta en este material algunos elementos.
El motor V12 atmosférico de 6.0 litros recibe una actualización importante con un aumento de potencia que lo lleva hasta los 558 CV, cuando antes se quedaba en 476 CV. El par también aumenta 20 Nm hasta los 620 Nm, mejoras que permiten que la aceleración de 0 a 100 km/h la realice en 4,9 segundos (3 décimas menos) y la velocidad máxima llegue a 306 km/h.
El cambio sigue siendo un automático de 6 relaciones con un diferencial autoblocante trasero. La suspensión, conserva su funcionamiento adaptativo. Pero el consumo, a pesar del aumento de potencia, se rebaja hasta una media de 14,1 l/100 km.
En el interior además de un mayor confort sonoro gracias al trabajo en este campo, hay disponibles un nuevo tapizado en cuero rojo y negro, y unas molduras en negro piano. Aunque si se busca un coche único, lo mejor es recurrir a la división Q by Aston Martin para que realice todos nuestros caprichos.
Si el Rapide ya rozaba los 210.000 euros en nuestro mercado, este Rapide S podemos dar por seguro que no los rebajará.